sábado, 18 de febrero de 2017

Gasolinazos y explicaciones

 Un escupitajo a la cara del pueblo. Eso son las explicaciones de la presidencia sobre el aumento en los precios de la gasolina. Se escudan, dicen que no es culpa de la reforma energética, ni del gobierno; dicen que el precio internacional del petróleo y el dólar subieron y que si baja el precio del dólar o los precios internacionales del petróleo entonces bajara el precio de la gasolina y el diésel. Lo que se traduce como “no sabemos qué hacer y no vamos a hacer nada”.

En la explicación[1] que dio el ejecutivo federal se habla sobre algunas medidas que se tomaron, que son las siguientes:

Un recorte al gasto del gobierno en casi 190 mil MDP, eliminación de 20,000 plazas laborales, una reducción en sueldos y prestaciones de más de 7mil 700 MDP, y que a partir del primer trimestre del año se reducirá la partida de sueldos y salarios de servidores públicos federales de mando superior. Puede parecer mucho pero no lo es tanto si lo comparamos con el presupuesto para el gasto corriente estructural de este año: $ 2,012,722,490,279 (dos billones doce mil setecientos veintidós millones cuatrocientos noventa mil doscientos setenta y nueve pesos) (Nuevo Presupuesto DOF 30-11-2016) (. Pero lo que yo me pregunto es ¿de qué servirán estas medidas cuando los precios de los combustibles queden totalmente liberados? El INEGI ya muestra datos de inflación 1.51%(Proceso) para la primera quincena de enero.

La lógica del gobierno y de la reforma se entiende: si hay varias empresas compitiendo se esperaría que la calidad del producto mejorara y los precios bajaran, estoy de acuerdo, pero ¿dónde están esas empresas ansiosas y preparadas para ofrecer el servicio? Lo dijo Alejandra Palacios Prieto, presidenta de la comisión Federal de Competencia Económica. “La creación de un mercado competido, con múltiples jugadores, que es el objetivo de la reforma, no se genera por decreto (Proceso 2100).

Lo que me pareció más descarado de las excusas del gobierno federal es el dato inútil de que el 50% de la población consume menos del 15% de la gasolina, y el 10% más rico de la población consume casi el 40%, que por eso el subsidio a la gasolina beneficia más a los más ricos. Un análisis digno de Andrea Legarreta, cualquier trabajador aun sin nociones de economía sabe que los precios de los combustibles son inflacionarios. Creo yo que sobre todo el del diése pues los camiones y camionetas que transportan nuestros alimentos a las centrales de abastos y a los mercados funcionan con diésel, que hasta el pasado 3 de febrero estaba a 17.05 pesos en promedio[2].

La fórmula para calcular los precios máximos, para zonas donde el precio no esté flexibilizado es: Precios de referencia internacional + Costos de logística de Pemex + Otros conceptos, incluyendo los impuestos aplicables y el margen comercial para las estaciones de servicio. Cabe destacar que el IEPS es y seguirá siendo un gran lastre para los precios de los combustibles: 4.30 pesos por litro para la gasolina magna, 3.64 para la Premium y 4,73 para el diésel.[3] Los precios máximos se ajustaran diariamente, excepto los fines de semana[4].

No soporto que ahora estemos tan pendientes del gobierno del vecino del norte cuando el nuestro nos jode mucho más directamente y encima se burla de nuestro intelecto. Ahora se nos pide unidad nacional con Peña Nieto para enfrentar a un peligro extranjero, pero esa supuesta amenaza es un chivo expiatorio. Querido lector, tenemos que limpiar nuestra casa primero.





[1] Información de http://www.gob.mx/aperturagasolinas
[2] Acosta Córdova, Carlos y Cruz Vargas, Juan (2017). El desastre económico perdió reflectores pero ahí vienen más gasolinazos. Proceso, 2100, 31p.
[3] http://losimpuestos.com.mx/ieps-impuesto/#IEPS-sobregasolinas-y-diesel
[4] Según el nuevo acuerdo: […] “d.    A partir del 18 de febrero de 2017 los precios máximos al público tendrán una vigencia diaria, que comprenderá las 24 horas del día de que se trate, excepto el correspondiente al día sábado que se aplicará también los días domingo y lunes inmediatos posteriores, sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior.” (DOF: 17/02/2017)

sábado, 4 de febrero de 2017

Hueso Seco. Capítulo IV parte 1.

Conversación telefónica entre Ángel Russek y Miguel Lomelí.

L--¡Bueno!
R--¿Miguel?
L—¡Sí¡ ¿Quién es? ¿Ángel?
R—¡Sí!—Russek está algo tenso, camina con el teléfono en la mano.
L—Supe que eres libre ahora. ¿Cómo estás?
R—Miguel dime que sabes.—No quería ser tan directo, pero no se pudo contener.
L—Pues, no mucho. Perdón, estamos investigando.
R— Sí, claro—Respiró hondo para responder serenamente.
L— Hemos querido contactarnos contigo para que nos des tu versión, tu declaración. ¿Puedes venir a declarar mañana?
R—Quiero ayudar.
L—Bueno, entonces ven mañana, nos das tu declaración y platicamos…
R--¡No!—interrumpe—Lo que digo es que quiero ayudar a agarrar a quien me hizo esto, ir con ustedes y todo.
L--¡Ha! Bueno pues—hecha una risita—De hecho yo estaba pensando en eso. Pero si quieres involucrarte Russek, es cosa seria he, sería entrar de lleno.
R— Sí, ok.
L—Mira Russek, el Dr Pinkeston nos dijo más o menos los avances que tuvieron contigo, que ahora tienes control sobre ti transformado; y eso puede servir, puede ser usado.
Russek se queda pensativo y no responde.
L—Mira, ven mañana y lo hablamos ¿Sale?
Russek asiente con la cabeza y cuelga el teléfono, indiferente de que Miguel no puede ver el gesto. Luego terminó de vestirse y se fue a casa de Pinkeston.


Notas sin editar de Saúl Wenceslao para un artículo para el periódico escolar de la UHS (Universidad de Hueso Seco).

Llegamos a la casa del doctor Pinkeston. Es buena idea hacer esto aquí y no en el campus, es muy cómodo; el doctor es un buen anfitrión, muy natural, muy cómodo, seguro. Estuvo hablando conmigo un poco, diciendo que me ve talento, que llegaré lejos. Trató de que nos sintiéramos cómodos, nos ofreció canapés y vino. El vino más barato que pudo conseguir.

Solo a los de último grado de ocultismo se les invitó, y a los profesores, claro. Yo estoy aquí solo porque me tocó cubrir la noticia, pero es un mal chiste, le pedí al Doctor los reportes de la investigación, o notas de los experimentos o algo. Pinkeston, obviamente, está emocionado por esta investigación, pero no suelta nada de documentos, ni dice nada específico. Así que mi artículo será de sociales, sin la verdadera información del asunto no se puede más. Así no voy a llegar lejos como periodista, aunque eso no me interesa.

Llegó el Ing. Bruno Galen. Fue de los invitados no universitarios que llegaron temprano. Parece ser el único que puede poner nervioso al Doctor Pinkeston, parece que lo respeta mucho, Pinkeston a Galen. El ingeniero camina muy derecho, tiene un porte soberbio, como majestuoso, sí inspira respeto.

Cuando se nos acercó Pinkeston nos presentó, le dijo que yo era un chico con talento, el ingeniero no se interesó en mí.

Se llevó a Pinkeston a fumar cerca de una ventana. El ingeniero se veía preocupado y al parecer puso nervioso a Pinkeston. Me dieron la impresión de ser padre e hijo; el padre el Ingeniero Galen y el hijo el doctor Pinkeston, un hijo que no consigue que papá esté orgulloso de él. Parce que el ingeniero cortó la plática de pronto, como si tocaran temas que no pudieran hablar aquí.

Llegó el señor Ángel Russek, el sujeto de la investigación. Estuvo entre la gente un rato, ni siquiera lo entrevisté, no le vi sentido, seguro sabe tan poco de su caso como yo, como todos. Después cuando anocheció Russek se transformó, cómo ya se había adelantado, fue un espectáculo grotesco, de mal gusto, como de esos circos antiguos que exhibían deformes, y el doctor Pinkeston era el cirquero que grita “vengan a ver al sensacional hombre zombi” o algo así. Luego le puso una inyección que lo volvió humano de nuevo; explicó que eran dos fórmulas: Una que le daba control de sí mismo en su fase metamorfosea y otra, la que le acababa de inyectar, que evitaba que se transformara si se administraba antes o lo devolvía a la normalidad si se administraba después.

Cuando una periodista de verdad le pregunto de qué estaban hechas fórmulas, el doctor dijo que las sustancias eran resultado del balance entre química moderna y hechicería, luego no dijo más y no contestó más preguntas.
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La maestra Beatriz murió en el atentado. Era maestra de primaria en la escuela donde asistía Lorena, de siete años, la hija mayor de Adriana Lara.

La maestra Beatriz o Bety o Betina tenía 46 años de edad, seguía viviendo con su madre, su primer novio lo tuvo a los 20 años, su primera experiencia sexual a los 27, y no tuvo mucho de ninguna de esas dos cosas a lo largo de toda su vida. Conoció al amor de su vida, a su alma gemela, a los 34, solo fueron novios dos años, hasta que el murió en un accidente automovilístico por conducir apresuradamente, iba camino a verla, tenía prisa porque ella no salía a recibirlo cuando llegaba tarde, esto por un tipo de código de orgullo, ¿Quién sabe?, lo cierto es que los dos se amaban.

Beatriz se culpó y culpó a Dios también, elevó su amor a un romanticismo que la convertiría en una amante perpetua, una gótica real, una viuda que nunca estuvo casada, una ermitaña y finalmente en una maestra amargada e infeliz. Cuando estuvo lista buscó ayuda, empezó a aceptar los consejos y la compañía de las personas que querían brindárselos, y encontró la solución a su amargura en la filosofía New Age. A fin de cuentas es un pensamiento tan criticable como las religiones a las que critica; también tiene fallas de lógica, también se basa en cosas incomprobables; pero, a diferencia de las religiones, o de las otras religiones, no condena al fuego eterno del infierno y no ve a Dios como un sujeto con personalidad que te ama, pero quiere que te avergüences y arrepientas  de los instintos que él mismo te dio; en suma, la gran diferencia es que puede hacer accesible la felicidad.

A Beatriz le sirvió eso, alcanzó la paz, se hizo más sociable y con el tiempo aceptó la felicidad y el “Amor- conciencia”. También se hizo mejor maestra porque intentaba inculcar este modo de ver las cosas a sus alumnos, a los más maduros (alumnos de secundaria y últimos grados de primaria) les explicaba la teoría del quantum, el Ho’ponopono. Con los más jóvenes intentaba no explicar nada y solo irradiar amor y energía con las vibraciones adecuadas. Aparentemente esto funcionaba porque los niños se encariñaban con ella e inversamente. 

Algunos dirían que fue una vida patética, pero los que la conocieron bien sabían que murió siendo feliz.    

La pequeña Lorena se había encariñado con su maestra, como muchos de su grupo, y ahora estaba pasando por su primera experiencia con la muerte de un ser querido. Su abuelo paterno había muerto pero ella apenas lo recordaba, con su maestra sí estaba pasando por un verdadero duelo, comprendiendo que no volvería a ver a Betina, que alguien que estaba y era ya no sería ni estaría nunca más. Aunque Lorena ya empezaba a creer en la reencarnación, y eso le daba algo de esperanza en el fondo.

Los padres de Lorena, naturalmente, la acompañaban en este proceso; la llevaban a la casa de su maestra a rezar, a pesar de sus creencias el funeral fue católico y se rezaron los tradicionales novenarios, ni su anciana madre ni sus hermanos creían en lo que ella y no se iban a arriesgar a que su alma se fuera al infierno velándola con alguna práctica pagana.


Pero Adriana faltó al tercer novenario porque ella pasaba por su propio proceso.