domingo, 16 de octubre de 2016

Hueso Seco Capitulo III Parte 2.


 “La mano de Jehová vino sobre mí y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos…”
Ezequiel 37.

Era once de marzo, el día de Okknor, según la tradición del culto a Okknor se festeja el glorioso día en que Okknor derrotó a su hermano Kumatz, paró el diluvió universal y comenzó la unión entre los humanos y las serpientes de Okk. Como cada año la iglesia de los hijos de Okk, representantes de la rama relajada de la religión, organizaron una gran fiesta; que incluía un desfile con danzas y  carros alegóricos, luego  una pelea con agua, al final el evento se clausura con cantos en idioma ceremonial.  A este evento se invita a toda la comunidad, sin importar si son parte de la iglesia o no, los Hijos de Okk profesan que todos pueden ser como ellos, a diferencia de los grupos más severos que exigen el linaje como requisito indispensable para afiliarse.

En general todo iba muy bien, el desfile mejoraba sus coreografías y sus carros cada año. Las donaciones para la fiesta no provenían solo de los miembros de la iglesia, los Hijos de Okk ya tenían cierto prestigio como organización caritativa. La pelea de globos tuvo éxito, participaron varias familias fuera de la iglesia. Participando en esta pelea o dejando que sus hijos participaran, era la manera como las familias, sobre todo las señoras, demostraban que no eran racistas, aunque en el fondo lo fueran.

Fue al final, a la hora de los cánticos cuando ocurrió una de las peores tragedias de toda la historia de la ciudad. Mientras los Hijos de Okk cantaban en su extraña, y algo escalofriante lengua, el cielo se oscureció; no se nubló ni bajó el sol, simplemente la luz se debilitó; luego aparecieron unas luces danzantes, bolas de luz que giraban y se hacían espirales incandescentes. Algunas personas aplaudieron, otros se asustaron un poco, los Hijos de Okk callaron y entonces las luces arremetieron contra la multitud; Si la luz tocaba a alguien, éste caía muerto, no había dolor; las luces simplemente les arrebataban la vida. Las luces avanzaban entre la gente dibujando ondas. Los que se quedaban a petrificarse de estupor o a intentar ayudar, también se quedaban a morir, porque las luces seguían su camino de muerte; veloces y despiadadas. Los que sobrevivieron abandonaron a sus muertos, abandonaron a sus vivos, volaron con alas de gallina.

Algunos sobrevivientes recuerdan que cuando la gente empezó a morir, el Sacerdote comenzó a gritar, gritaba “ Ahsaaa”, lo gritó varias veces, tanto que se repitió en las pesadillas de algunos; no sabían que significado tenía esa palabra, pero por lo que siguió pasando lo inferían- “Mueran, quizá”
Las luces volvieron al cielo y desaparecieron. La luz del día regresó. En total murieron 86 personas.

--Libertad--.

Llegó el día fijado para la liberación de Russek. Pinkeston organizó una fiesta para él, la había empezado a organizar en cuanto el juez dio la fecha.  Ese fue el motivo real de que no cancelara la fiesta aun después de la tragedia ocurrida, resulta que la fiesta se daría solo tres días después. Pinkeston sabía que cualquier fiesta ahora se reduciría a funeral, aun así, siguió adelante. Decía “Lo que menos necesitamos ahora es quedarnos llorando en casa”. La verdad es que era muy obsesivo como para cancelar cualquier cosa a última hora, tenía esa obsesión compulsiva que los ingleses llaman “be strict”.

--¿Qué haré ahora con mi libertad?.. ¿Qué he hecho hasta ahora con mi libertad?—

Ángel, después llevar sus pertenencias de vuelta a casa, fue a ver a Gustavo Perla. Entró a su oficina en la casa de enlace del partido, Gustavo se sorprendió.

--Hombre, ¡Qué gusto verte!—Saludó Gustavo. Russek no respondió, intentó fingir pero no pudo; se quedó viéndolo acusatoriamente. El Licenciado se puso más nervioso.

--¡Qué bien que ya te dejaron ir!.. ¿Cómo estás?

--Estoy… Libre- Suspiró lento antes de responder.

“¿Vienes a acusarme? Hazlo ya”—Pensó el Lic. Perla, pero dijo:

--Ja, sí, bien—Y se limpiaba los bigote y la barba, como un reflejo de nervios.—Russek, ¿Tú sabes lo que se dice de mí, verdad? Que yo te hice esto.

De nuevo los ojos de Russek hablaron por él. Perla movía la cabeza en negación.

--No, no, no; yo no te hice eso Russek. ¿Tú lo sabes, verdad?

--No, yo no sé quién me lo hiso. ¿Tú sabes algo?

--No, yo también quiero saber.

--Entonces algo habrás investigado ¿no?

--Pues, no mucho. Le he estado dando vueltas en la cabeza. Y no lo sé. Todos creen que es una maraña, un complot contra la propuesta Firmes, que se trata de que tú te retractes de lo que dijiste en la tele, y te conviertas en un símbolo de los derechos de los paranormales. —Dijo Perla, más suelto.

--¿Y tú qué crees?—

--No sé, Russek. Es que tiene sentido en teoría, pero… no eres visto así; o sea las cosas no les están saliendo bien, si ese era el plan. ¿Verdad? Lo único que ha logrado esto es levantar sospechas sobre nuestro partido y sobre mí, no ha afectado la Propuesta ni nada; y a mí me investigan.

--¿Quién? ¿Quién te investigó?

--Asuntos Paranormales. Sí, ellos seguro van a querer hablar contigo ¿no lo han hecho?

--No.

--Espérame—Gustavo buscó en el cajón de su escritorio un papelito con un número escrito, y se lo da a Russek.—Ellos están investigando tu caso, de seguro saben más. Háblales.

Russek salió de ahí algo decepcionado de sí mismo por haberle creído a Perla. Tenía la expectativa de que lo descubrirlo, humillarlo, gritarle, ya no de matarlo, pero sí de ver que lo metieran a la cárcel. Pero le creyó, en el fondo ya no sospechaba de él, aunque quería hacerlo.

Fue a su casa a comer, llamar a CPASP y preparase para la fiesta.

En el camino, por un boulevard rápido había tirado un bulto desecho, quizá un montón de basura o un animal muerto que los coches esparcían más cada vez que pasaban. Después de que Russek lo pasó, el tránsito se alentó, lo que le dio la oportunidad de mirar lo que era el bulto por el retrovisor. Alcanzó a ver una mano, así supo qué era esa cosa. Quizá era el primero en notar qué era, o quizá no, lo cierto es que nadie se detenía. Y Russek pensó:

“¡Ese es el problema con éste lugar! Hasta hace poco era un pueblito, un ranchito capital de una ranchería; pero en los últimos años ha tenido un gran crecimiento. Mis padres y su generación pudieron ver ese proceso, cómo se abría la flor del urbanismo frente a sus ojos. De pronto ya somos una ciudad industrial en crecimiento. El cambio de pueblecillo a ciudad ni siquiera está completo, pero de mi generación en adelante ya nacimos cosmopolitas. Si esto fuera el pueblo de mis padres alguien ya se habría fijado y el cadáver no estaría tan esparcido, alguien detendría el tránsito y rezarían por su alma. Pero mi generación y más jóvenes ni lo ven, y si lo ven dicen: seguro se mató por pendejo, se atravesó sin fijarse; luego se van antes de que paren el tránsito, como si tuvieran algo importante que hacer. Todo ese luto por lo del holocausto, esa supuesta solidaridad es puro miedo e hipocresía colectiva.”

De tras venían unas patrullas de policía a ver el atropellamiento, desde luego pararon el tránsito para poder hacer las averiguaciones y luego levantar lo que fuera posible del cadáver, Russek libró esas molestias. Luego se preguntó cómo pudo haber muerto aquel hombre, mujer o niño; y la respuesta se le hizo fácil—seguramente por pendejo--.



 




jueves, 15 de septiembre de 2016

Reflexión sobre Trump en México

Bueno, querido lector, déjame ser el primero en decir que el tema ya pasó de moda, es verdad. Ese es uno de los problemas que yo veo, no sé si solo actualmente o en todos los tiempos, pero todo pasa de moda muy rápido. Las cosas a las que se les presta mucha atención de pronto, al siguiente momento son olvidadas, y olvidadas tanto como fueron tema de conversación. Así las cosas pierden su importancia, incluso las serias. Para mí ese hecho me parece interesante, fascinante como objeto de estudio, pero es también preocupante, porque el pueblo no gana nada estando muy molesto por poco tiempo.
Pero mi objetivo no es estar a la moda, solo quiero decir lo que siento, ser escuchado y ayudar a desarrollar mentes críticas. Y para esta meta mi discurso es oportuno, un poco después del suceso en cuestión.
Indignación, molestia, y asco, fue lo que sentí en cuanto me enteré que el aún, desgraciadamente presidente de México, había invitado a Donald Trump a venir, y quizá tú, querido lector, te identifiques. Pero esa fue mi reacción inmediata, luego de que me tranquilicé, en unos días, empecé a ver las cosas con claridad, y aquí están mis razonamientos.
Hay que aceptar que todo lo que haga Peña está mal, ya es automático, no importa qué, solo basta que lo haga él y estaremos en contra. Y ya después de tanto, está justificado, para las masas, pero para quien quisiere tener un pensamiento más crítico es un gran error. Separemos al hombre de las decisiones, ideas, propuestas y demás, una cosa es una cosa y otra es otra, además un presidente no es una sola persona, un presidente es asesores, influencias de otras personas, padrinos, etc. Y aunque lo fuera. Yo les aseguro que si no lo hubiera invitado ya hubiera muchos (o hubiéramos) opinadores diciendo “¿dónde está la diplomacia?” “No se comporta como un presidente”, y seguro que serían los mismos que se manifestaron en contra de esa decisión, porqué están en contra del hombre y no son capases de separar.
No nos confundamos, invitar a Trump fue una buena decisión, quizá de las pocas que se han tomado en éste gobierno. Pero como no palpamos ningún benefició de ello, hay que imaginar otras opciones que pudo haber tenido, finalmente en situaciones como estas no hay decisiones correctas, ninguna dejará contentos a todos, se elige la menos peor. Analicemos qué más se pudo haber hecho.
Si no se hubiera invitado a ninguno de los dos candidatos se entorpece la relación E.U, se pierde la diplomacia, no se le demuestra apoyo a Hillary. Si no se invita a Trump, pero si a Hillary, hay apoyo para la candidata, bien, pero es una ofensa a Trump, y esa es la peor opción posible. Como si un niño te sacara la lengua y tú se la sacaras también, es rebajarse al mismo nivel. No señor, si un niño estúpido te saca la lengua y te grita vulgaridades no le contestas igual, demuestras que eres más maduro que él.    
Debemos cuidar nuestras relaciones con Estados Unidos, no solo por las razones económicas y políticas sino por nuestra histórica relación cultural. Aceptemos que mucho de su cultura es parte de la nuestra y viceversa, mantengamos nuestras relaciones por la paz.

Es todo lo que tengo que decir sobre el tema en específico, ya nos leeremos luego.

domingo, 3 de julio de 2016

Hueso Seco Capitulo III parte 1

A Ángel Russek se le encontró culpable de doble homicidio por anulación de la voluntad por maleficio, el mismo concepto que cuando los hombres lobo siendo bestias hacen sus matanzas. La sentencia debía ser de al menos siete años en una prisión especial, tomando en cuenta la falta de antecedentes, pero no fue así. Gracias al Dr Pinkeston, un hombre muy notable en Hueso Seco.

El Doctor Hernest Pinkeston proviene de una familia inglesa, él nació en Escocia durante una excursión que hacían sus padres. Un viaje vacacional que incluía aventura, faldas cuadriculadas, música de gaita y terminó con un bebé cuatro semanas prematuro. Pinkeston pasó su infancia en un pueblito de Inglaterra. A los veinte años se fue a Hueso Seco a estudiar ocultismo en la Universidad de Hueso Seco, fue un estudiante destacado. Luego se dedicó a viajar por el mundo haciendo investigación, se especializó en licantropía, en este campo hizo importantes contribuciones, lo que le valió el doctorado y el aprecio y reconocimiento de la élite intelectual. Así que cuando se postuló para la rectoría de la universidad de Hueso Seco naturalmente ganó. Como rector de la UHS ya no podía viajar tanto pero a cambio se ganó el respeto de las masas no intelectuales de Hueso Seco.

Pinkeston le pagó un abogado a Russek, alegó que Russek estaría más seguro bajo su supervisión, además que les daría la oportunidad que investigar sobre el mal que padecía. “De esta nueva y extraña condición no sabemos nada, debe quedarse en la universidad donde estamos los especialistas, que cumpla ahí su condena. Tenerlo en una prisión para licántropos sin que lo sea es peligroso, tanto para Russek, pero sobre todo para la ciudadanía. El peligro podría ir desde más matanzas como la que vimos hasta una catastrófica pandemia, no lo sabemos, ¡ése es el punto! No lo sabemos.

El Doctor Pinkeston logró convencerlos y asustarlos. A  Ángel se le dio una sentencia preferente; Se decidió que estaría encerrado en el laboratorio del campus, resguardado por custodios del Estado, sometido a las investigaciones del Dr. Hasta que éste decidiera que ya no representaba un peligro, entonces se le daría la libertad a Russek, por su colaboración con la comunidad y con la ciencia, o sea por su labor como rata de laboratorio.

Al principio Russek sospechaba de la ayuda del doctor, a quien no conocía más que de vista, pero luego la razón se le hizo obvia, Pinkeston solo quería un fenómeno para investigar, un nuevo e interesante espécimen.

Así ocurrió, Russek fue recluido a la universidad y sometido a los procedimientos de un grupo de de científicos. Desde luego fue destituido de su puesto, la ley firmes fue llevada al congreso para ser discutida, aunque debía pasar aún un tiempo para iniciar la discusión oficialmente, extra oficialmente ya había comenzado, se re encrudeció. La racista y violenta ley tenía varios partidarios que querían aprobarla, también tenía opositores un poco más,  y luchaban ferozmente para que no se llevara a cabo, quienes se defendían más contra esa ley eran sobre todo la representación anfibia en el congreso. Las especulaciones sobre la situación de Russek complicaron más todo. Poco a poco el país y la ciudad se desplomaban sobre la espalda de un camello.
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--Artículo de opinión publicado en “Hueso colorado” un periódico nacional—

Lo que le ha ocurrido al Lic. Russek, desde luego ni es una casualidad, afirmarlo es una falta de respeto al intelecto de la ciudadanía. Con un poco de pensamiento, un poco de conocimiento de historia y sabremos perfectamente hacia a donde apuntar las investigaciones, dónde están los posibles culpables, y eso porque por ahora no se les puede llamar culpables. Recordemos que tan solo tres días antes de su desaparición Russek se pronunció a favor de la ley firmes en un programa de televisión a nivel nacional. Su partido ha estado en contra de dicha ley desde que se empezó a hablar de ella. Así que ¿Cómo un monstruo iba a estar en contra de los monstruos? Ese es el pensamiento del PBHS,  si se aprueba la ley Russek perdería toda oportunidad de tener un cargo en el gobierno, su carrera se termina, para empezar, sin tener en cuenta que nadie quiere estar sometido a los monitores que exige la ley para los “malditos”, usando los términos de la misma propuesta, el nombre que se les da es algo feo. El Lic. Ya no podrá seguir estando a favor de dicha ley porque estará escupiendo para arriba.

Las sospechas van directo al PBHS, Gustavo Perla ya declaró que siente mucho lo sucedido y que no tiene idea de quien fue, que desearía saberlo, que es amiguísimo del Licenciado, bla, bla, bla. Algo de historia; ese partido es capaz de todo ya lo ha demostrado ¿Por qué habría de extrañarnos si deja caer su crueldad sobre uno de los suyos que se desalinea. Piénsele usted. Buen día.
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Diario de Ángel Russek

3 de Febrero

Por fin me mudé al campus de la universidad, al el área de investigación. También hay una celda para mí, pero es más cómoda que la de la prisión, tengo aquí mis pertenecías que trajeron de mi casa: mi ropa, mis libros, revistas, mi computadora, ya extrañaba mis cosas, sobretodo mis libros. Por las noches me atan a una silla como en la cárcel, sigue siendo un encierro. Pero al menos ahora puedo hablar con gente decente como el doctor Pinkeston y los otros científicos que me están estudiando.

A veces me invade un sentimiento de pánico, miedo que me da de la nada, creía que era por esta maldición, pero ya que lo pienso, es mi soledad acumulada que he cargado toda la vida, empieza a pesarme. El aislamiento al que he estado sometido últimamente me ha hecho darme cuenta que siempre he estado en aislamiento, aun cuando estaba rodeado de gente.

5 de Febrero

No he tenido contacto con el mundo exterior, extraño a la gente, personas con las que nunca hice un verdadero vínculo, personas que no apreciaba tanto. Pienso en mi amiga Sofía, me pregunto si sabe lo que me pasó, quizá lo vio en las noticias, me pregunto si se preocupa por mí. Ya nos estábamos haciendo amigos, quiero pensar, aunque siempre aceptó mi dinero. No creo que le haya afectado mucho, un poco sí, claro, pero ella sigue con su vida y sigue vendiéndose.

También pienso en Adriana, con ella sí tengo un vínculo, ella sí es mi amiga. Somos tan compatibles, desde que nos conocimos lo supimos. Cada que nos vemos nos sonreímos solo porque nos da felicidad vernos. Es  una gran amistad, aunque sí me hubiera gustado que nuestra relación fuera más sexual, y nunca lo fue, ya era casada cuando la conocí, y es de las primeras cosas que me contó, le gusta presumir a su familia, a sus hijas, lo enamorada que está de su esposo, así que desde entonces establecimos un límite, ambos, y por alguna razón somos buenos no cruzando la línea. No nos vemos como algo más que amigos, aunque a veces sin querer fantaseo con ella y me pregunto si ella hará lo mismo conmigo, no veo porque no.   

Es curioso que no pienso mucho en los hombres que maté, no me siento arrepentido, hago un poco de esfuerzo para no pensar en ellos, solo desvío mi mente a cualquier otra cosa, y veo que ese poco de esfuerzo fue más que suficiente, entonces vuelvo a pensar en ellos solo porque no me parece correcto. Siento algo de culpa por no señor culpa, aunque no sé si debería sentirla, no recuerdo nada, no lo hice conscientemente.

12 de Febrero

Quisiera tener dudas sobre quien me hizo esto, pero es obvio, fue mi propio partido, Jaime tenía razón. Quizá Gustavo lo sabía, quizá él mismo dio la orden, yo que lo respetaba y quería, maldito traidor hijo de puta, lo voy a matar cuando salga de aquí, con las mismas garras venenosas y malditas que me puso.  

19 de Febrero

Ya no soporto el encierro. En el día me da pánico, conforme va atardeciendo me voy sintiendo bien, cuando oscurece me siento eufórico, alegre, enérgico. Pero encerrado no me sirve de nada. A 7: 30, cuando más poderoso me siento, me atan a la silla, luego empiezo a sentir una gran desesperación. Pinkeston dice que con la desesperación comienza la transformación, yo le creo, la desesperación sube poco a poco, durante unos 40 minutos; grito, tiro de las correas y cadenas, luego siento como mis huesos cresen, duele, y veo todo en rojo, al final no veo nada y recuerdo nada, como si quedara desmayado.  Es entonces cuando quedo convertido en ese monstruo que tanto asusta a los científicos, el monstruo que gruñe, grita e intenta escapar de la silla para comerse a los hombres que lo estudian. Compadezco un poco a los investigadores, les está afectando soportar eso cada noche, se ve en sus ojos que no duermen bien, seguro les causa causo pesadillas. Antes me enseñaban los videos, para ellos era aún un poco duro ver los videos, pero para mí era insoportable porque yo sé que esa horrenda criatura soy yo.

27 de Febrero


El doctor dice que están haciendo avances con el veneno que obtienen de mis garras, que pronto podré ser libre, espero que sí, necesito salir, afuera están pasando cosas importantes y no puedo quedarme aquí, necesito regresar al juego. 

sábado, 7 de mayo de 2016

Hueso Seco capitulo II parte 2

Se anunció el rapto de Russek, se pidió ayuda a la gente para identificar los cadáveres de los que ahora estaban aún más muertos, era la única pista que tenían.
Esa noche recibieron el reporte de que un monstruo vagaba pro la ciudad, una criatura antropomorfa de poco menos de cuatro metros de altura, piel azulada, largos brazo, y que tenía garras negras, y largas. Reportaban que la bestia estaba descontrolada, furiosa.

Para Adriana Lara la semana fue pesada, la CEPASP puerto Iscariote  estaba  muy activa y como observadora tenía mucho que observar, y algunas cosas eran difíciles de observar. La CPASP  monitoreaba el risco de los sacrificios pero la secta movía sus atroces cultos a otros lugares. Un día fueron hasta un islote cercano al risco porque había rumores de que una noche antes alguien había hecho una fogata ahí. Efectivamente habían prendido fuego, un sacrificio, una inmolación para Okk el Dios serpiente. Según la tradición de los discípulos de Okk el sacrificio es más agradable a él si queman a la víctima en vida. Sobre un montículo de huesos quemados y leña estaba, como coronando el montículo, el cráneo de un bebé, negro, calcinado y si ojos, aún con carne chamuscada pegada al hueso. Fue duro verlo para Adriana, pero se esforzó, incluso sacó una foto para su reporte, lo difícil entonces fue dejar de verlo cada que cerraba los ojos.

Una noche, dos días después del macabro hallazgo los agentes de CPASP capturaron a una jovencita que se dirigía al mismo islote en una lancha de remos, ya estaba en el mar una lancha patrulla de CPASP, el llanto de un niño los alertó. Cuando se acercaron a la lancha la adolescente se vio acorralada e intentó un escape desesperado; arrojó al otro tripulante al mar, un bebé de dos meses de edad, luego ella se lanzó con dirección a la orilla, tenía la intención de llegar nadando. Como el mar estaba picado y frio al final tuvo que ser rescatada igual que su víctima.

La joven del absurdo plan pasó la noche en el mismo hospital que su víctima. A la mañana siguiente agentes de CPASP fueron a interrogarla.

-¿Tú quemaste al otro niño?- Preguntó directamente el agente Fonk del Escuadrón Especial.- La mujercita de dieciséis años no respondió, parecía que simplemente no le importaba nada de lo que estaba pasando, estaba acostada mirando al techo.

-Es inútil, está totalmente lunática- dijo Fonk.

-Bueno, no es necesario que hable, en la lancha llevaba todo: Leña, cerillos y gasolina. La podemos procesar por lo del niño que encontraron y esto es intento de homicidio y eso sino… Bueno, el bebé está muy delicado-Agregó Evelin, directora de CPASP Puerto Iscariote, luego se dirigió a la demente. 

— Vas a ir a la cárcel niña loca.
La muchacha empezó a reír, una risilla ahogada, levantó la cabeza y vio directo a Evelin y dijo:

--Y que ganan con encerrarme, ¿creen que pueden con ellos, con nosotros? Ustedes ya perdieron. Vendrá el hijo de la serpiente y ustedes serán… No serán nada.

--Ha niña estúpida, ¿crees que te aceptarían como uno de ellos? ¿Crees que te tendrán piedad?

--Es el lado ganador y ya me aceptaron, me cogieron, me entregué a ellos, ahora yo soy parte de ellos y ellos de mí— Al decir esto último se puso una mano en el vientre.

Encontraron a Russek al siguiente día de su desaparición. Fue visto encerrado en una finca abandonada, el edificio estaba cerrado con un enorme barandal y tenía grandes paredes, no había forma de que Ángel saliera, así que tampoco parecía lógico que hubiera podido entrar, pero al parecer lo hizo. La CPASP acudió de inmediato, vieron a Russek sucio con sangre y otros restos, enfermo, perturbado y desnudo, y descubrieron los dos cadáveres esparcidos por todo el lugar.

De camino a la central le hicieron un interrogatorio inútil.

--¿Sabes qué pasó?

--No.

--¿Sabes quiénes eran ellos?

--¿No puedes recordar nada?

Russek hizo el esfuerzo de recordar, era difícil.— No, solo recuerdo que conocí a Medina, un cadáver que jugaba ajedrez con una chica, casi una niña.

“Quiero irme a mi casa y bañarme, apesto.”—Agregó.

--Perdona Ángel, no puedes.

--¿Por qué?

--Porque estuviste en la escena de un crimen.

En la central estaba el Escuadrón Especial, estaban indagando en el caso, iban a interrogar a Russek pero se les adelantó la inutilidad de ello, así que permitieron que se duchara, mientras ellos seguían pensando en lo sucedido.

Russek fue encontrado cerca de donde fue visto el monstruo azul por última vez. Este hecho los 
mantenía ocupados ahora, especulando. Analizaban con cuidado un video de la criatura que recibieron la noche anterior. En ese video grabado con un celular se veía al monstruo. Era como un zombi de casi cuatro metros de altura, robusto con los brazos desproporcionadamente largos, de su piel solo se apreciaba que parecía estar descompuesta. La criatura era torpe, se le oía gruñir y se le veía columpiar sus brazos al caminar. Se vio como de un salto llega a la azotea de una casa  y de ahí a otra así pronto se pierde del plano del video. Medina y los otros detectives que analizaban el video ponían atención a cada detalle que pudiera ser una pista que los llevara a saber que era esa cosa y si tenía algo que ver con la desaparición de Russek. Analizaban la ropa que llevaba puesta; una camiseta rota por todos lados, los harapos que parecían haber sido un pantalón parecían estar sujetos por un cinturón, aunque no se veía con claridad. En una parte del video se vio parcialmente la cara de la bestia, había sin duda cierto parecido, sumado esto con lo demás la sospecha que estaban tratando de evadir se justificada.


En cuanto Russek salió del baño, ya vestido con un uniforme que le prestaron, fue detenido.

domingo, 14 de febrero de 2016

Hueso Seco. Capitulo 2, parte 1.

CAPITULO II
Russek se despertó y fue saliendo poco a poco de su letargo. Sintió en la boca un poco el metálico sabor de la sangre. Comenzó a notar que no estaba en su cama, ni en su casa, y también notó que su boca no se abría, estaba un poco pegada. Abrió la boca con un poco de esfuerzo, descubrió que la tenía sellada con sangre coagulada, restos de carne cruda y una pisca de excremento, la bocanada de aire que inevitablemente tomó al abrir la boca lo hizo saborear todo eso; vomitó, vomitó carne cruda mal digerida, al sentir el sabor y el olor vomito de nuevo. No era solo por los desagradables sabores y olores, su estómago estaba sobrecargado de carne y ahora la rechazaba así que siguió volviendo el estómago.

Luego notó los cadáveres que estaban cerca de él. Al parecer dos hombres adultos, descuartizados y destripados brutalmente, estaban por todas partes, la mayor parte de los torsos estaban muy cerca de él. No hacía falta pensar mucho, si alguien hubiera juntado todos los restos aun estarían incompletos los cuerpos, pero a cada descarga de vomito de Russek les faltaba menos, se hacía más obvio, pero igual de inaceptable que la carne que les faltaba a esos cadáveres estaba dentro de él.

Le llegan a la memoria recuerdos que no puede ubicar en tiempo; recuerda haber conocido al director de CPASP, Miguel Lomelí, y al capitán Medina, un cadáver difícil de olvidar, recuerda vagamente haber hecho una jornada de observación normal. Esos eran recuerdos de dos días antes de esa mañana.

El día anterior, que Russek no recordaría nunca, estuvo trabajando, quería observar el trabajo del Escuadrón Especial, el equipo de élite al que le dejaban los asuntos más difíciles; ya había conocido al capitán. Pero ese día salieron de caza.

Recientemente un caso se catalogó como “especial”: Un hombre llevaba algunos días matando gente descaradamente; a plena luz del día y aparentemente al azar. Se ponía detrás de su víctima elegida, con una mano le sujetaba la cabeza y con un cuchillo que llevaba en la otra les abría la garganta y no lo soltaba hasta que se desangraba por completo. Luego se iba con toda calma. La policía intentó detenerlo, se defendió, los policías tuvieron que disparar. Dos oficiales muertos, uno herido y perturbado, y al menos 15 balazos acertados que no dañaron al tipo, fue suficiente para que el caso se turnara ala CPASP, los agentes de ésta lo encontraron y de una manera desafortunada (una baja), descubrieron que era también inmune al plomo bendito. Un reto adecuado para el EE, el Escuadrón especial.

Ángel pidió ir con ellos a ver la acción, pero le dijeron que sería imprudente, demasiado peligroso, desde luego no se lo permitieron. Como no pudo acompañar al EE, le dio seguimiento al trabajo de un agente común; fue con el oficial Emiliano Landeros a patrullar en una jornada normal. Primero fueron a atender un reporte de un zombi fuera de control en un barrio de clase media. Cuando llegaron estaban algunos vecinos en la calle, hablaban, estaban esperando a los oficiales, otros solo se asomaban por sus ventanas y no había ningún zombi.

-Buen día, tenemos un reporte de un zombi fuera de control.-Dijo el oficial Landeros a la pequeña multitud.

-Sí, yo llamé-Era una señora delgada, con aires de cultura- El zombi estaba aquí hace un momento, pero ya lo metieron; es de la señora que vive ahí- señaló la casa.

-Vieja bruja- gruñó en voz baja uno de los metiches.

-¿hay algún herido?- Preguntó.

-Esta vez no, pero no tardará en haberlo –Dijo la señora con frustración, y la voz se le quebró cuando continuó diciendo:- Mis hijos estaban jugando aquí afuera cuando esa cosa salió.

-Es peligroso, el otro día se comió a un pero- Se entrometió un vecino, los otros lo secundaron asintiendo con la cabeza y frases como “si cierto”.

-¿Reportaron eso?-

-¡No! Era un perro de la calle, no era de nadie.- Respondió otra vecina.

-¿Qué? ¿Se la van a llevar o qué?- Preguntó la delgada, que parecía a punto de romper en llanto de rabia e impotencia.

Emiliano Landeros tomo un respiro para prepararse a decir lo que la mujer ya sabía que iba a escuchar- Bueno, no podemos hacer mucho si el zombi no está en la vía pública.
La señora lanzó un quejido – sí, ya sabía. No van a hacer nada hasta que en vez de un perro sea un niño.- Las lágrimas y los sollozos se le escaparon, una vecina la consoló. Las miradas de desprecio y enojo pesaron sobre Landeros, incluso sobre Russek.

-Vamos a intentar hablar con la señora-Sabía que no los contentaría, pero él se sentía mejor intentándolo.

La conversación con la dama poseedora del cadáver fue muy corta. No los dejó pasar, ya tenía una acta de defunción en la mano, se las enseñó y les dijo- Es mi esposo y haré lo que yo quiera con él, ustedes no se lo pueden llevar. Váyanse.

El oficial Landeros les dijo a los tres vecinos que quedaban, la delgada que llamó ya no estaba entre ellos, que “estarían al pendiente”, ellos no le creyeron, él tampoco se creyó, el deber  estaba cumplido.

Russek pensó en lo horrible de la situación de una viuda que revive a su esposo. “La mujer no puede superar la muerte de su marido y lo resucita. Pero ¿Qué tanto aquella criatura seguirá siendo su marido? ¿Cómo podría alguna vez llegar a aceptar su pérdida cuando una cosa que alguna vez fue su esposo sigue caminando por ahí?” Pensamientos espeluznantes y algo interesantes, pero se obligó a cortarlos cuando figuró el ellos la horrorosa imagen de la necrofilia.

Les quedaba aún una jornada de decepcionantes misiones, se dirigían a la siguiente, un 218, un reporte de un hombre que aparentemente perdió la capacidad de erección por artificio de la bruja de su exnovia. Iban por un boulevard muy transitado, una camioneta blindada, del tipo que transportan valores, les cerró el paso de pronto. El oficial Landeros tenía buenos reflejos pero no pudo evitar chocar, detrás de él una larga fila de autos tampoco pudieron evitarlo.

La camioneta se separó, y las puertas traseras se abrieron empujadas por la fuerza de media docena de zombis que se abalanzaron contra el coche patrulla. Los zombis golpearon el parabrisas antibalas con fuerza pero solo lograron estrellarlo. Ángel salió del auto huyendo, corrió por un lado de la fila, cuatro zombis lo siguieron. Pronto Russek quedó sin escapatoria, el tránsito del boulevard no le permitía avanzar más allá de donde terminaba la carambola sin ser arrollado,  recordó que tenía el revolver de Jaime, lo sacó, apuntó, y… Nada, el martillo no estaba en su lugar, desesperadamente lo acomodó, los zombis ya casi lo alcanzaban, volvió a disparar; fracasó como tirador, falló el tiro y el culetazo le lastimó la muñeca. Los zombis lo capturaron, lo metieron al último auto de la fila, un charger 64 negro que ya tenía la puerta abierta y el asiento del copiloto echado para adelante, dos zombis entraron con él para inmovilizarlo. Antes de arrancar el conductor le inyectó algo a Russek, entonces todo se desvaneció, vio todo borroso, luego no vio nada, calló en un sueño.

Después de acabar con los dos muertos, Landeros fue a buscar a Ángel, ya no lo encontró a él, solo a otros dos zombis que también tuvo que abatir; Fueron tan duros de re-matar como los primeros, ninguno se calló con menos de cinco balas benditas, Landeros nunca antes se había enfrentado con zombis tan resistentes. Al no encontrar a Russek no supo que hacer por un momento, luego recordó la camioneta blindada, corrió rápido, pero ya era demasiado tarde, no se veía la camioneta por ningún lado.

El oficial Emiliano Landeros terminó de aceptar la situación hasta que lo comunicaba por radio a la central “raptaron al observador”.

Lomelí tomó el asunto en sus manos. Se llevaron los cuerpos a examinar, y Lomelí se dirigió con algunos hombres a hacer investigación por su cuenta. El comandante condujo el auto, ni siquiera dijo a donde los llevaba. El hombre que por lo generar era callado y de mirada severa se puso aún más serio, sabia la seriedad del asunto.

Conforme se fueron acercando a su destino, la mayoría de los agentes se dieron cuenta de a dónde iban, algunos ya habían ido, a otros les platicaron quien vivía por aquel barrio. Valerio el levantamuertos, especialista en resucitar cadáveres para crear esclavos zombis. No es que fuera el único dedicado a levantar muertos en la ciudad, pero si el mejor, se ganó su fama por hacer zombis resistentes para el trabajo duro, o para el combate, zombis que incluso podían seguir atacando aunque les volaran la cabeza, según contaba la gente, el mejor de la ciudad, probablemente el mejor del país.

Lomelí llegó directo a golpear con fuerza la puerta y a gritar “ Valerio sal ahora”, pero no esperó respuesta, él mismo abrió la puerta y entró. El hechizero estaba haciendo un “trabajito” de vudú con un muñeco de trapo, cuando el comandante Lomelí y sus hombres entraron, Valerio escondió el muñeco bajo un sillón, pero solo fue un impulso, una costumbre arraigada que ya no tenía sentido porque desde hacía mucho tiempo y experiencia que Valerio no le temía ni a la policía ni a la CPASP, incluso se sonrojó un poco de su infantil reacción.

-Buen día oficiales ¿tienen una orden de cateo?- dijo Valerio tranquilo.

-¡Cállate! Ya luego me ocuparé del papeleo, aquí hay suficiente evidencia- Lomelí sacó el muñeco de trapo de su escondite.- Vas a cooperar, o no solo haré que te pudras en la cárcel, además veré que te hagan un muñequito de estos para regresarte cada mal que has hecho.

-¿En qué te puedo ayudar Miguel?-

El comandante Lomelí le pidió un folder a uno de los oficiales, lo abrió y le dio las fotos que contenía al hechicero. Eran fotografías de los zombis que Landeros abatió.

-¿Esos zombis tú los hiciste?- Preguntó Lomelí.

-No lo sé- respondió el hechicero mientras examinaba calmadamente las fotos- he hecho muchos y no me puedo acordar de todos- Era listo y con mucha experiencia, sabía bien que su oficio estaba dentro del cobijo de una profunda grieta legal.

-Costó trabajo tumbarlos, a este le tuvieron que dar siete tiros, con balas benditas. Es un trabajo bien hecho, como los tuyos.

El levantamuertos se sorprendió sinceramente -Me alagas Miguel, pero mis trabajos no son tan buenos, mis zombis no soportan el plomo bendito. No quisiera admitirlo, pero sí es como dices, esto lo hizo alguien mejor que yo.

-Entonces dime quién.

-No sé- Hizo un auténtico gesto de ignorancia con hombros y cara.

-Vámonos- Les dijo Lomelí a sus subalternos, luego se dirigió a Valerio- Luego volveré por ti- le apuntaba con la misma mano con que agarraba al muñeco.


-Aquí te espero Miguel- Valerio el levantamuertos echó una sonrisilla al despedirse porque sabía que Miguel blofeaba y Valerio se aseguraba de que aquel supera que él lo sabía.